La expectativa generada en torno al conjunto diagramado y dirigido por Ariel Cuffaro Russo quedó evidenciada con la afluencia de hinchas charrúas que se acercaron al Gabino Sosa para presenciar el debut como local de Central Córdoba, dándole al estadio de Virasoro y Juan Manuel de Rosas un marco que hacía tiempo no tenía.
Y la actuación del equipo, que fue de menor a mayor, estuvo a la altura de las circunstancias. Si bien en el inicio los azules mostraron dificultades a la hora de la distribución, y quedaron desprotegidos en más de un contraataque; con el correr de los minutos se hicieron dueños del balón y terminaron siendo claramente superiores al rival. Sólo falto el gol.
En la etapa inicial, a Córdoba le costó generar jugadas colectivas, con un Pablo Cantero que no encontró en Sebastián Piccardo y Cristian Sánchez las sociedades en la mitad de la cancha a la hora de la creación. Fue Federico Ferrari, sobre todo a partir de arrestos individuales, quien marcó la mayor diferencia en esa primera etapa. El delantero fue el artífice de la única jugada realmente clara, con un desborde y centro para el cabezazo de Fernando Resler, que terminó yéndose apenas por arriba.
Para el complemento, los de Cuffaro Russo tuvieron mayor profundidad, mejoraron individual y colectivamente y, lo que es más importante, generaron varias situaciones de riesgo.
A los 7’, Ferrari asistió a Resler en el área chica, y éste la jugó hacia atrás para Cantero, que habilitó a Sánchez para rematar de zurda apenas desviado. El propio Pato contó con dos oportunidades más disparando desde la izquierda, que fueron detenidas de gran manera por el arquero Emmanuel Coesta.
La más clara llegó en el cierre: a los 45’, Resler filtró un pase entre líneas para Ferrari, que intentó colocarla suave junto a un palo, pero terminó perdiendo el duelo frente al 1 visitante, que con esa atajada clave terminó transformándose en la figura de la noche.
Entre los azules hubo varios rendimientos para resaltar: la firmeza de Alfredo Resler en el fondo, las trepadas de Cristian Vella por la derecha, el sacrificio de Brian Meza en la mitad y las cualidades ya mencionadas de Ferrari, la carta de desequilibrio en el ataque.
El 0 a 0 final dejó sensaciones encontradas en el hincha de Tablada. Por un lado, la bronca de dejar escapar dos puntos como local y ante un débil rival, habiendo merecido ampliamente la victoria. Por otro, la satisfacción y tranquilidad de haber visto en cancha un equipo serio, con riqueza técnica, disciplina táctica y, especialmente, mucha personalidad.