Dos jóvenes que aparentemente tantearon el terreno y otros dos armados despuéss, fueron los artífices del violento robo, ejecutado con rápidez, que sucedió poco pasada la medianoche en un colectivo de la línea 135.
Ante la negativa del chofer de dejarlos subir, éstos le pegaron un culatazo en la cabeza que lo hizo sangrar mucho. Tras de eso comenzaron a robar las pertenencias de los pasajeros, y luego se fueron.
El chofer, ensangrentado, manejó hasta la comisaría 15ª, donde describen testigos de que “no sabían qué hacer”, que “no tenían un procedimiento”, y que ni tenían materiales para curar la herida.
Luego de radicar la denuncia, en el mismo estado sangrante, el chofer terminó de realizar el viaje.