Según la autoridad, las víctimas proceden de Potosí, Cochabamba y Chuquisaca.
Esas regiones, junto a La Paz, Beni y Santa Cruz, están en alerta debido a la inclemencia del tiempo, registran miles de familias y hectáreas de cultivos afectadas por las precipitaciones, las riadas y también granizadas.
Cabrera indicó que funcionarios de su despacho están movilizados en los seis departamentos para apoyar a las autoridades locales en la respuesta a las emergencias y la ayuda humanitaria.
El Gobierno destinó 20 millones de bolivianos (casi tres millones de dólares) para atender a los damnificados.
La anterior temporada lluviosa dejó en Bolivia un saldo de al menos 60 muertos, 60.000 familias afectadas y significativas pérdidas en la agricultura, ganadería e infraestructura del país.