Más de la mitad de los efectivos de Gendarmería que habían llegado a Rosario para reforzar la seguridad en los barrios conflictivos de la ciudad, emprenden su retirada. La intendenta Mónica Fein pidió intensificar el trabajo de la Prefectura.
En una señal de disconformidad, Fein opinó: "Entiendo que pueda haber etapas pero en Rosario tienen que haber fuerzas federales". También informó que comenzó a dialogar con el gobierno nacional para detallar "qué se queda", en referencia a la cantidad de gendarmes que permanecerán en Rosario.
Quedarán 600 gendarmes de los 2 mil agentes que tenían a cargo la vigilancia de los barrios más peligrosos de la ciudad. En consecuencia, será la nueva Policía de Acción Táctica la encargada de pacificar las zonas más problemáticas.
En una primera etapa se retirarán los agentes que hacían patrullajes en los barrios, mientras que por el momento continuarán controlando los accesos a la ciudad y las rutas.
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, explicó: "Cumplimos con la palabra de mantener 2 mil hombres durante más de ocho meses. Llegamos a Santa Fe para hacer algunas operaciones vinculadas con la lucha contra el narcotráfico, y en ese momento el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, nos pidió que nos quedáramos porque tenían problemas con la policía local. Le ayudamos y desde abril nos hemos quedado el tiempo necesario para que Santa Fe pusiera 2 mil nuevos policías en Rosario".
Respecto del avance del narcotráfico en Rosario y los crímenes que genera, Berni sostuvo que la ciudad "padece un grave problema de delincuencia organizada que nada tiene que ver con el narcotráfico y con la violencia, y serán las autoridades provinciales las que tengan las respuestas efectivas a ese flagelo".
Rosario cerró el año 2014 con 247 homicidios. Sólo 17 casos menos que los registrados en 2013, cuando se produjeron 264 crímenes. Muchos de los asesinatos tuvieron vinculación con bandas criminales relacionadas al narcotráfico.