A Nicolas Degennes, director artístico de Maquillaje y Colores de Givenchy, le gustan los momentos de tiempo libre, esos paréntesis soñados durante los cuales la piel se oxigena y toma color con solo mirar el horizonte. Para 2014, inventa una nueva colección concebida como un choque de placeres, cuyas palabras clave son el exotismo y la elegancia.
La línea GIVENCHY CROISIÈRE hace penetrar el verano en nuestras jornadas urbanas. Una promesa de colores, de alegría y de indolencia también. Basta con respirar y dejarse llevar por esta versión so shiny de Ange ou Démon Le Secret. Una edición limitada que nos brinda sensaciones de vacaciones, de exotismo. Partimos a un lugar lejano y aterrizamos suavemente: bajo el sol, sobre la arena, bajo el agua que salpican las olas, allí donde la piel tiene el perfume solar de las tahitianas.
Una estela sensual entre sombra y luz, entre calor y frío. Explosión de aromas, colores e imágenes. La fragancia de Ange ou
Démon Le Secret se reinventa más luminosa y femenina que nunca. Para una evasión exprés hacia horizontes lejanos, el frescor de los cítricos se mezcla con la suavidad de las flores tropicales con acentos solares y salinos. El mar está muy cerca. Divinamente adictiva y lánguida, la fragancia deja una estela de vainilla y ámbar que evoca la sensación calmante de la arena caliente y del perfume singular de la piel entibiada por el sol. Dulce y salado, una sutil alianza que baña de sol el invierno y la transforma en una bella náyade.
Estuche tropical. El frasco está impregnado de una atmósfera de vacaciones: bronce metálico y vegetación exuberante grabados en
el vidrio, fragancia con finos nácares cobre y oro en suspensión. Un secreto para iluminar y sublimar delicadamente la piel, un remedio para dar a estos meses de invierno demasiado largos, una vivacidad y una energía repentinas.