La nube: ¿Para qué sirve?

El trabajo remoto, hoy reconocido mundialmente como “la nube” (o cloud computing) es una modalidad que ya tiene varios años, pero que en los últimos tiempos ha venido creciendo y está tomando dimensión y difusión masiva. Lo primero que viene a nuestra mente cuando pensamos en la nube es la enorme ventaja que nos brinda el poder acceder a la información de forma instantánea, desde cualquier lugar, en cualquier momento y con variedad de dispositivos. Esta es la idea que más claramente prevalece, aunque hay un poco más para profundizar y analizar. Poco a poco, cada vez son más las empresas que están migrando a la “nube”, y experimentan así sus múltiples ventajas.

 

El cloud computing  es una evolución natural de la adopción generalizada de la virtualización y la arquitectura orientada a servicios. La idea básica es que los usuarios finales ya no necesitan tener conocimientos o el control sobre la infraestructura de tecnología "en la nube" que los apoya. Es por esto que, en general, las aplicaciones y los servicios ofrecidos son rentables, intuitivos y fáciles de usar. La principal ventaja para las empresas es que esta tecnología les permite dejar de preocuparse por cuestiones como el espacio físico, la infraestructura (hardware y software) o las condiciones logísticas, y pasan a disfrutar de un mejor aprovechamiento del tiempo y el espacio, con ahorros en varios recursos y un entorno más seguro para sus datos.

 

Esta tecnología permite aprovechar mejor los recursos disponibles de hardware, dado que no se necesitan PCs de última generación, principalmente porque el software no está alojado en “nuestra” computadora (en nuestro escritorio real y concreto), sino en servidores remotos. Esto significa que todo el trabajo pesado de procesamiento de datos se realiza en la nube, con requerimientos mínimos de hardware para el usuario.

 

Significativa reducción de inversión de capital y costos operativos, gracias a que el número de servidores virtuales se habilita a medida que la empresa lo necesita, y por el tiempo que lo necesite. Claramente el primer beneficio es de índole económica, una de las variables más importantes para cualquier empresa, más allá de su tamaño, rubro o industria.

 

Notable incremento de la agilidad empresarial, porque ahora, con un modelo de trabajo tercerizado en la “nube” es posible acceder a nuevos servicios de forma rápida y sencilla. Al compartir toda la información de la empresa, almacenada en los servidores del proveedor, todos los empleados pueden acceder (con permisos configurables) a toda la información, archivos, documentos, etc. Esto genera mayor rapidez, eficiencia y optimización de recursos.

 

Escalabilidad inmediata, un concepto clave que le permite a quien sea responsable de tomar la decisión de sumar o restar -en forma inmediata- todo tipo de equipos virtuales cuando sea necesario. El trato directo con el proveedor hace que si hay que habilitar 2, 30 o 100 nuevos puestos, la disponibilidad sea 100% accesible al instante. Así como también lo sería tener que dar de baja usuarios o terminales de trabajo.

 

Acceso total desde cualquier lugar y en cualquier momento a las aplicaciones. Se ofrecen servicios empresariales a los usuarios que están en la oficina, en casa o que utilizan un dispositivo móvil.

 

Seguridad, si bien existe la creencia generalizada de que este sistema es menos seguro que el tradicional, en realidad la nube nos da más garantías de seguridad porque se hacen backups permanentes, la información sólo es accesible por medio de usuario y contraseña y no corremos el riesgo de perder nuestros archivos ante robo, incendio, virus o similares. En la nube, todo está monitoreado y controlado 24 horas y 7 días a la semana, lo cual reduce drásticamente posibles problemas de ataques informáticos.

 

Sólo falta tomar la decisión

 

Muchas empresas consultadas acerca de cuáles fueron los principales factores que las llevaron a adoptar estas tecnologías, coincidieron -por unanimidad- en que la más importante es la agilidad que le aporta al negocio. Con respecto a los resultados obtenidos luego de un tiempo trabajando en la nube, resaltaron la simplificación de las operaciones, mejor administración de los recursos internos, rápido despliegue de las iniciativas de negocio para aprovechar las nuevas oportunidades, nuevas formas de trabajo, conexión y colaboración, mejoras en la capacidad de adquirir, compartir, analizar y ejecutar en base a los datos.

De estas experiencias podemos concluir que el mayor impacto de migrar a la nube no sólo está relacionado con la reducción de costos, sino con los importantes cambios que la metodología cloud aporta en la filosofía y la cultura de las empresas, cambios que se expresan en nuevos negocios y nuevas maneras de encararlos.