El fiscal que investiga el asesinato de uno de los máximos jefes policiales de Rosario, ocurrido el martes en un local comercial, aseguró ayer que “no hay ninguna posibilidad de pensar en otra cosa que no sea un robo”. Florentino Malaponte reveló que se constató faltante de dinero en el cajero del Pago Fácil que pertenecía al hijo de Guillermo Morgans, jefe de la Agrupación Unidades Especiales que fue asesinado a balazos.
El policía recibió un tiro en la frente, hecho a unos cuatro centímetros de distancia, y otro que le atravesó el tórax, la aorta y los pulmones. “Los dos fueron mortales y tienen la capacidad de matar”, informó AM1330.
Morgans estaba de civil, visitando a su hijo en el local ubicado en el macrocentro de Rosario, cuando ingresaron dos ladrones. Ambos fueron amenazados, pero el policía se identificó y habría realizado al menos un tiro antes de morir acribillado.